Los ascensores de baja velocidad presentan varias ventajas que los hacen más adecuados para ciertos entornos y necesidades específicas. Además de ser más seguros, tienen un menor consumo de energía, lo que puede traducirse en un ahorro significativo a largo plazo. También tienen un menor coste de mantenimiento, dado que sus partes móviles, como los cables, poleas y mecanismos de frenado experimentan menos desgaste. Esto también prolonga la vida útil del ascensor. Además, son más eficientes y adecuados en edificios de baja altura y son más adaptables en edificios antiguos o històricos, donde la infraestructura no puede soportar cargas pesadas o instalaciones de ascensores modernos.
Los ascensores de baja velocidad ofrecen una serie de ventajas que los hacen adecuados para ciertos entornos, edificios y necesidades específicas, priorizando la eficiencia energética, comodidad y accesibilidad de los pasajeros.
